martes, 21 de agosto de 2012

Agosto...

En agosto, dojo cerrado... Una costumbre que desgraciadamente se ha ido imponiendo en los últimos años debido a la progresiva comercialización. En nuestra sociedad moderna resulta de cada día más difícil mantener viejas costumbres, entre ellas que el dojo no tuviera puertas y estuviera abierto todo el día para que los adeptos pudieran entrenar a cualquier hora. Si no tenemos la suerte de disponer de un garaje, jardín o terraza, o facilidades para acceder a un lugar tranquilo al aire libre (en una instalación deportiva te sientes demasiado observado y "rarillo" si entrenas en solitario...), muchas veces durante este mes dejamos de entrenar.Yo procuro que no sea así y además, en mi caso tengo la suerte de disponer de espacios en casa y en el campo, pero no todo el mundo puede.
(Uno de mis lugares de entrenamiento al aire libre) Aún así en agosto se rompe la rutina, incluso los que como yo seguimos trabajando durante el tradicional mes de "vacaciones". Pero romper la rutina no significa dejar de entrenar. En mi caso aprovecho el mes para hacer ejercicio físico en el campo (básicamente caminar ya que vivo en país montañoso) lo que ayuda a fortalecer el tren inferior y a mantener un buen estado de forma. Otra posibilidad es aprovechar el receso para trabajar los katas más olvidados, experimentar con los de otros estilos (en mi caso shorin ryu y goju ryu, añadidos a mi estilo base, shotokan), trabajar un poco más de kobudo, siempre demasiado relegado por falta de tiempo.
(Herramientas siempre a punto) También aprovecho para realizar experimentos como por ejemplo fabricando herramientas caseras de kigu-undo (como los nigiri-game de la foto) y ejercitarme con ellas.
(Nigiri game) También aprovechar las veladas, más largas, para meditar o leer sobre el karate-do, escribir en el blog y compartir experiencias con otros karatekas a través de las redes sociales. Vamos que en agosto no hay excusa para los que sentimos en Budo como parte de nuestras vidas. Lo que siempre digo: en el budo no pueden existir las vacaciones! (PD. Reconozco que vivo en un lugar privilegiado con cientos de posibilidades a mi alcance y que no es lo mismo vivir en una gran ciudad. Pero aún así conozco a muchos que disponiendo de las mismas ventajas, en agosto desconectan y cuelgan el dogi...).

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