martes, 25 de diciembre de 2012

Shotokan y Kobudo

Parece que, de todos los estilos de karate-do, en Shotokan-ryu es el único en el que, en la actualidad, el kobudo de las islas Ryu Kyu no forma parte del programa normal de aprendizaje y entrenamiento. Aunque es verdad que el kodudo actualmente tampoco no se practica de forma habitual en otros estilos japoneses, llamémosles “deportivos” o “federativos”, en los estilos que podríamos llamar “tradicionales”, este arte marcial, en mayor o menor medida, constituye un apartado importante del programa técnico, especialmente en el karate de Okinawa.

Se ha escrito bastante sobre los motivos del por qué el kobudo se perdió en el Shotokan a pesar de que en los años 20 y 30 su práctica era habitual como demuestran numerosos documentos gráficos, al menos en lo que se refiere a bo-jutsu y sai-jutsu.

Pero es que, en realidad, la tradición del kobudo no se perdió en el Shotokan sino que su práctica se fue abandonando en el seno de la que después sería la máxima organización de este “estilo”: la Nihon Karate Kyokai (o Japan Karate Association-JKA) a través de la cual el Shotokan se difundió desde el Japón al resto del mundo.

Sin embargo en otras ramas derivadas de las enseñanzas de Funakoshi sensei, el kobudo siguió formando parte del programa de aprendizaje y a través de ellas se ha mantenido hasta nuestros días.
Este sería por ejemplo el caso del Shotokan de la Universidad de Keio, donde el bo-justu de Okinawa se mantuvo vivo y todavía hoy en día se practica. Los dos katas de bo-justsu que se han conservado en esta línea Shotokan son los mismos que estudian también como katas de base en la mayoría de estilos de karate-do y organizaciones de kobudo de Okinawa. Estos dos katas que se mantienen en el Shotokan de Keio se llaman allí Shuji no kon (o Shushi no kon) y Sakugawa no kon, aunque se trata de versiones bastante simplificadas. El Shuji no kon de Keio es una variante simplificada del Shushi no kon sho que se practica en las organizaciones de kobudo de linaje Taira. Sakugawa no kon está todavía más simplificado y esquematizado pero sin duda también se asemeja más al la forma sho de este kata practicada en la mayoria de organizaciones de Okinawa.


(Las fotografías modernas de este montaje son capturas del DVD de Karate de Keio (Katas & Bunkai, volumen 1) editado por MDV y por Bushido)

¿De donde proceden estos katas? Es bien sabido que en los años 30 del siglo XX el kobudo se introdujo en el Shotokan de la mano del maestro Shinken Taira, considerado uno de los “padres” del kobudo de Okinawa moderno, que lo recopiló y codificó creando a la vez algunos katas nuevos. Se da la circunstancia de que Taira sensei fue por esta época alumno de karate de Funakoshi sensei y por lo tanto miembro del Shotokan original. Taira sensei había estudiado kobudo, no en su isla natal, Okinawa, sinó en Japón, siendo su maestro otro okinavés emigrado a la metrópoli: Moden Yabiku sensei, gran experto en kobudo de un estilo clásico de este arte llamado Ufuchiku-ryu.

Pero los katas de Kobudo que se enseñan en el Shotokan de Keio no fueron los únicos que se practicaron en el estilo. Al menos dos katas más de bo-justu formaron parte del programa Shotokan gracias al interés por el kobudo que tenia el hijo del maestro Funakoshi, Yoshitaka. Juntamente con otro destacado alumno del Shotokan, Tomosaburo Okano (que más tarde sería el fundador del Kenko-Juku) crearon el kata llamado Matzukaze no kon. Este kata, creado especificamente de acuerdo con las características técnicas del Shotokan, fue transmitido a la actualidad a través de Okano sensei (Kenko juku Shotokan) y también al Shotokai mediante Shigeru Egami sensei.


(Fragmento del kata de kobudo propio de Shotokan Ryu: Matzukaze no kon)

Aunque no está claro si dentro de la JKA “alguien” retuvo y transmitió este kata, todo indica que seguramente fue así ya que existe un vídeo en el que se ve al maestro Hiroshi Shirai demostrándolo en los años 70.



Actualmente existen también en la red ver videos de Okano Tomosaburo paracticando bo, sai, nunchaku y tonfa-jutsu:



Un cuarto kata de bo-jutsu se puede considerar también practicado dentro del Shotokan histórico. Se trata de Shirotaru no kon, creado también por Moden Yabiku.

Finalmente, algunas fuentes afirman que el el Shotokan el maestro Funakoshi también practicaba Tenryu no kon. Un kata con este nombre fue creado por Oshiro Chojo y transmitido al Shotokan por Kanken Toyama sensei, fundador de Shudokan, seguramente a través de Yoshitaka Funakoshi que era en el dojo el que al parecer tenía máximo interés en el kobudo. Otros katas practicados en aquellas fechas por Yoshitaka Funakoshi fueron Sueyoshi no kon y Hakuson no kon.


(Yoshitaka Funakoshi practicando bo kata)

No es descartable, y así lo indican algunas fuentes, que el maestro Gichin Finakoshi hubiera aprendido los katas de bo de su propio hijo, aunque algún conocimiento debía de haber adquirido ya en Okinawa porque en una fotografía del año 1921 correpondiente a la famosa demostración ante el príncipe heredero de Japón, en Shuri (Okinawa), aparece con sus alumnos (?) empuñando armas de kobudo (bo y sai).


En imagenes bien conocidas se puede ver al maestro Gichin Funakoshi practicando kata de bo en solitario o bien sai contra bo, con Isao Obata y no deja de llamar la atención que Funakoshi sensei, en su primer libro de karate, Rentan Goshin To-de Jutsu (1922), eligiera un par de sais para ilustrar la contraportada.


Como se puede ver el Kobudo sí forma parte del Shotokan tradicional aunque, por razones que se desconocen con los años se perdiera -el incluso se menospreciara- en la organización central de este estilo (la JKA). En casi todos los demás estilos de karate japonés el kobudo también fue introducido en la época histórica del Shotokan sobretodo por parte de Shinken Taira a cuyo linaje pertenecen también muchas de las organizaciones de kobudo en Okinawa (a excepción de otras lineas independientes como son por ejemplo Yamanni Ryu o Matayoshi kobudo).

Como practicante de Shotokan reivindico la practica del kobudo como parte de la tradición del estilo y para mí su práctica supone un complemento indispensable de las técnicas de mano vacía.

Algunas referencias:

Henning Wittwer.Leere Hände und Stock im orthodoxen Shōtōkan-Ryū. http://gibukai.blogspot.com (Marzo 2011).

Patrick McCarthy. The classical kata of Okinawan Karate.

Harry Cook. Karate Shotokan. A Precise history.

martes, 11 de diciembre de 2012

Timing y autodefensa

En relación a la entrada anterior (Lo más simple sigue siendo lo que mejor funciona),y después de unos interesantes comentarios, añado estas dos imágenes capturadas del vídeo de kumite publicado por el maestro Kanazawa Hirokazu hace unos años (Rising Sun ed.). Se trata de la técnica que en mi anterior post comparaba a una similar ilustrada en una fotografía del maestro Funakoshi Gichin de los años 50. En estas capturas se puede ver claramente el secreto de la "eficacia" de estas técnicas características del karate Shotokan, tan diferentes a las del karate clásico, precisamente por su dinamismo. En este caso la eficacia se basa en la oportunidad, el el timing y distancia correctos en el momento preciso del ataque. Si en lugar de un mawashi geri jodan -como el que aquí lanza Murakami Manabu sobre Kanazawa sensei- una técnica claramente "deportiva", ponemos un ataque circular a la cabeza con un palo o botella, la anticipación y la energía desplegada por el peso de todo el cuerpo hacia el oponente, todo ello a gran velocidad, convierten esta acción en altamente eficaz. Y no por ello debe considerarse como una técnica de "competición". La autodefensa puede tener muchos matices y todo depende de como enfoquemos el entrenamiento para defendernos de ataques "reales". Tuite o grapling parecen imponerse actualmente en las aplicaciones prácticas del karate y ciertamente se encuentran entre los recursos de este arte marcial. Pero no hay que olvidar que el karate también (yo diría sobretodo) está basado en atemi y quien pega primero tiene ventaja.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Lo más simple sigue siendo lo que mejor funciona

Esta composición muestra dos imágenes de karate Shotokan separadas por medio siglo de evolución técnica. A la izquierda, Hirokazu Kanazawa "caza" a su oponente con un gyaku-zuki jodan mientras cae hacia el interior de su ataque (kizami gyaku-zuki). A la derecha Gichin Funakoshi aplica la misma técnica después de haber atrapado el brazo de su oponente (creo que es Isao Obata). En los dos casos el zuki a la cara hubiera producido un posible desarme del ataque aunque a veces pueda resultar más peligroso para el puño atacar al rostro y quizás no llegue a provocar un ko, sin duda recibir un puñetazo inesperado en esta parte del cuerpo es muy doloroso y desconcertante hasta el punto que resulta ya mucho más fácil continuar con la acción defensiva, ya sea atemi, luxación o proyección. Me ha llamado la atención la similitud de estas dos fotos protagonizadas por dos grandes maestros del karate-do. Y es que, al final,a pesar de los cambios y evoluciones técnicas, lo más simple sigue siendo lo que mejor funciona.

domingo, 9 de septiembre de 2012

El redescubrimiento del Hojo undo

Últimamente entre los románticos del karate-do (entre los que me incluyo) hay mucho debate e interés sobre la utilización de las herramientas tradicionales de fortalecimiento utilizadas todavía hoy en día en el karate de Okinawa y prácticamente inexistentes en el llamado karate "japonés". En foros, comentarios de facebook y otros medios se discute y debate sobre pros y contras de este entrenamiento complementario del karate. También hay muchas discusiones sobre el por qué en el karate Shotokan, y en los otros estilos desarrollados en el Japón metropolitano a principios del siglo XX, se "olvidaron" estas técnicas y métodos si es que realmente las llegaron a incorporar en sus inicios como al parecer muestran algunos documentos, a excepción del makiwara.
El libro publicado por el famoso maestro de karate Michael Clarke sobre el arte de Hojo Undo, o entrenamiento complementario al karate, ha despertado entre muchos ( bueno, en realidad, "muy pocos" si se tiene en cuenta el global de practicantes de totas las tendencias del karate actual) un creciente interés.
Se compran y fabrican herramientas (kigu undo), se inercambian opiniones y se discute si los elementos de este tipo no podrían en realidad ser sustituidos por aparatos modernos más "científicos". Algunos, como el buen amigo y experto en el estudio y la divulgación del karate histórico Víctor López Bondía, apunta con acierto que al estar específicamente diseñadas para el karate, estas herramientas no pueden ser sustituidas tan fácilmente por aparatos modernos de fitness porque el objetivo del Hojo undo del karate no es solamente "modelar" los músculos en el sentido occidental sino algo mucho más complejo. Escribo este artículo para aportar mi punto de vista sobre este tema confesando que hasta hace muy poco tiempo no me he interesado por el Hojo Undo pero que ahora siento mucho no haberlo descubierto mucho antes. En primer lugar quisiera lanzar "mi teoría" sobre el hecho de que en el Shotokan (ni al parecer en el Shito Ryu ni en otros estilos japoneses de origen oquinavés y ni siquiera en el Goju japonés (Yamaguchi)el Hojo undo y en particular las herramientas de entrenamiento de la fuerza y musculación se llegaran a implantar. Creo sinceramente, aunque no tengo pruebas, de que al menos en Shotokan, fue porque se debieron considerar como algo "anticuado" y primitivo, ya que el karate Budo perseguia objetivos más "elevados" que la simple defensa personal o la simple habilidad física. Aunque supuestamente Funakoshi y Mabuni introdujeron algunos de estos aparatos, su uso al parecer no se llegó a imponer y poco a poco caerían en el olvido a medida que el karate japonés iba derivando hacia el deporte (el makiwara es la única excepción). Por otra parte hay que reconocer que algunas de las herramientas utilizadas en Okinawa son muy originales, pero otras no los son tanto. Bajo mi punto de vista la originalidad reside más en la forma de utilización que en la estructura de la herramienta. Por poner solamente unos ejemplos el "tan" no es más que una altera de fabricación casera, con madera e hierro. Pero lo que sí es absolutamente original es la forma de utilización en el karate que nada tiene que ver con el levantamiento de peso.
Otras herramientas parecen provenir de "hechar mano" a lo que uno tuviera a su alcance para entrenar. Este sería segun mi punto de vista el caso de los sashi (en sus variantes de piedra/cemento o hierro). Esta herramiena no parecee ser más que un peso para sujetar una puerta aunque ciertamente no serviría para una puerta corredera de estilo japonés. Esto refuerza la teoría de que sashi habría sido directamente importado de China donde totavía se utiliza en el Shuai Jiao o "judo chino") y donde, por cierto, las puertas no son correderas. Aquí teneis unas capturas de un video sobre el Suaijiao que se puede ver en Youtube en el que el sashi es la herramienta principal de entrenamiento complementario.
También queda clara la adaptación de un utensilio doméstico en el caso de los nigiri-game, aunque la función concreta de fortalecer el agarre sí que es original e ingeniosa.
Las halteras de hierro que aparecen en algunas fotos de karate antiguas, no tienen nada diferente de las que utilizaban los llamados "forzudos" occidentales a finales del siglo XIX.
El kongoken sí que parece algo muy ingenioso y totalmente original, seguramente inventado en Okinawa aunque su procedencia china tampoco puede ser descartada. Otos aparatos komo kakiya, makiwara, etc parecen haberse desarrollado en Okinawa.
Hay otro dato curioso que quisiera aportar. El primer libro de karate escrito en una lengua occidental fue, que yo sepa, el publicado en 1959 por el judoka inglés E. J. Harrison. La primera edición de este libro en español es de Bruguera en 1969. Fue mi primer libro de karate (y el de muchos de mi generación). Lo compré en 1971 y empecé a practicar en 1972. Su autor avisa en el prólogo que se trata de un compendio de dos obras japonesas: Karate no Naraikata, de Reikichi Oya; y Karate-do Nyumon, publicado por la Nihon Karate kenkyukai y tarducidos y adaptados por personas que no conocían el karate. Resulta que este libro hay un capítulo completo dedicado al Hojo undo, en el que se describen todas las herramientas de fuerza y golpeo y su utilización. Cuando entré por primera vez en un dojo de karate lo único que encontré de lo que había leído en el libro fué el makiwara. Nada más. El karate japonés fue el que se introdujo en Europa y con él no llegó ya nada o casi nada de estas centenarias técnicas que ahora al parecer estan resurgiendo pero que en los estilos oquinavenses nunca han dejado de utilizarse.

jueves, 23 de agosto de 2012

Los alumnos "ocultos" de Gichin Funakoshi. I. Shozan Kubota

Con este título genérico tengo la intención de publicar periódicamente algunos artículos sobre las lineas Shotokan más desconocidas. Muchos de los alumnos de Gichin Funakoshi, y por extensión, de su hijo Yoshitaka, continuaron sus enseñanzas y fundaron diversas organizaciones i escuelas hoy en dia residuales dentro del karate-do. Estos maestros, o sus sucesores, denominan Shotokan a su karate aunque, muchas veces, no tenga nada que ver con lo que hoy conocemos por este nombre.Resulta muy interesante una aproximación a este Shotokan "oculto" o a los estilos que de él se derivaron, desconocidos o ignorados por la mayoría de karatekas. Quiero advertir a los seguidores y posibles lectores eventuales de este blog que no pretendo hacer ninguna investigación ni nada parecido. Se trata simplemente de artículos divulgativos redactados con la información, a veces demasiada información, actualmente disponible. Y también contienen buena parte de opinión y de intertrpretación personal. Los errores que pueda haber de tipo histórico (antes de que nadie me meta un paquete por ello), los asumo completamente y cualquier aclaración o dato será bien recibido. El primer post está dedicado a un "misterioso" alumno de Funakoshi O-Sensei: Shozan Kubota.

Existen muy pocos datos sobre el maestro Shozan Kubota. En los últimos años su nombre ha sido divulgado solamente por algunos karatekas interesados en la historia y la evolución del karate gracias a la controvertida obra de Gennosuke Higaki sobre los katas Shotokan, sus bunkai "verdaderos" y una supuesta transmisión secreta, casi esotérica desde Funakoshi Gichin hacia alguno de sus deshi entre los cuales se encontraría, precisamente, Kubota sensei. La citada controversia sobre los libros de Higaki se inicia con las dudas sobre la identidad de este autor ya que supuestamente se trata de un seudónimo. Igualmente los datos que aporta sobre Shozan Kubota, aunque incluyen fotografías, no son fácilmente verificables. El historiador del karate-do Harry Cook no menciona en su libro Shotokan, A precise History a Shozan Kubota entre los alumnos de Funakoshi. Por su parte, otro estudioso de la historia y de la sociología del karate, Tokitsu Kenji, cita en su libro Historia del karate-do un testimonio de Kubota sensei sobre el maestro Shigeru Egami del que, al parecer, era su junior en el Shotokan. Pero Tokitsu tampoco aporta ningún dato biográfico sobre Kubota Sensei aunque parece ser que entrenó con él en los años 70.

Sin embargo, en el libro de Harry Cook, Shotokan Karate, a precise history, se publican dos fotografías de Shozan Kubota, dos imágenes que seguramente pasaron desapercibidas al mismo autor de la obra ya que, como he dicho, aunque resulte extraño, no aparece ninguna referencia sobre él en el texto. En la primera de las fotografías "descubrí" a Shozan Kubota utilizando una lupa. Se trata de una pequeña imagen que forma parte de un póster reproducido en la página 170 de la versión francesa del libro de Cook. Este póster, que el autor fecha en el año 1952, contiene 14 fotografías sobre las actividades en Japón del Strategic Air Command del ejército norteamericano (SAC), una fuerza de élite que en la postguerra se instruyó en artes marciales con los principales maestros del momento. El mismo Funakoshi Gichin supervisó la instrucción en karate.
En la citada minifoto aparece el maestro Shozan Kubota junto con los otros grandes del Shotokan del momento: Gichin Funakoshi, Masatoshi Nakayama, Hiroshi Noguchi y Isao Obata. Junto a la foto aparecen, rotulados a mano, los nombres y los grados. Nakayama, Obata y Noguchi eran 5º dan, el máximo grado que se otorgaba por aquel entonces en el Shotokan. El maestro Funakoshi aparece, por supuesto, sin grado, y Shozan Kubota, como 4º Dan, lo que indica que entonces era uno de los "grandes" instructores de la organización de Funakoshi.



En la misma edición del libro de Harry Cook, en la página 172, Shozan Kubota aparece en otra fotografía juntamente con instructores de Judo, Aikido y Karate del SAC. Arrodillados al frente del pequeño grupo aparecen de izquierda a derecha Hidetaka Nishiyama, Isao Obata y Shozan Kubota. De éste último, en el pie de foto pone "DESCONOCIDO" (las mayúsculas son mías).



Para mi no hay ninguna duda de que se trata de Kubota sensei: primero porque por esta época, según Gennosuke Higaki, era instructor del SAC ("1952 (Shozan Kubota) Taught karate to officers from the US Air Force physical education department as a representative of karate instructor's organization, of which Master Funakoshi was head": Higaki, 2006: 64). Y segundo porque su rostro resulta inconfundible si se compara con las fotografías que ofrece Higaki del maestro, ya mayor: una cara amplia, una gran cantidad de pelo y una gran boca siempre sonriente.



Hay que decir que el libro de Higaki es posterior a la primera edición de A precise history, pero anlaizando el índice de la segunda edición (no he leído el libro) tampoco aparece el nombre del "misterioso maestro".
Uno tiene la sensación de que el nombre de Shozan Kubota estaba predeterminado a "desaparcer" de la historia del karate Shotokan. El libro de Higaki, más allá de cualquer controversia, recupera su imagen y su cronología y aunque muchos hayan tratado de fantasiosos algunos de los datos que allí se ofrecen (especialmente en refrencia a un supuesto "pacto secreto" entre maestros para no trasmitir determinados conocimientos) supone, que yo sepa, la única aproximación a este alumno de Gichin Funakoshi en una lengua occidental (al menos existen varios reportajes sobre Shozan Kubota en revistas japonesas de karate de los años 80). Segun Higaki, también entrenó con Kenwa Mabuni(del que obtuvo el 5º dan antes de 1952 cuando en Shotokan seguía figurando como 4º dan, grado obtenido del maestro Funakoshi en 1944), instruyó en diferentes universidades y declinó formar parte de las organizaciones deportivas del karate japonés por no coincidir con sus propios valores.

¿Fué la oveja negra del shotokan para desparecer de su historia oficial? Quizás nunca lo sepamos.

martes, 21 de agosto de 2012

Agosto...

En agosto, dojo cerrado... Una costumbre que desgraciadamente se ha ido imponiendo en los últimos años debido a la progresiva comercialización. En nuestra sociedad moderna resulta de cada día más difícil mantener viejas costumbres, entre ellas que el dojo no tuviera puertas y estuviera abierto todo el día para que los adeptos pudieran entrenar a cualquier hora. Si no tenemos la suerte de disponer de un garaje, jardín o terraza, o facilidades para acceder a un lugar tranquilo al aire libre (en una instalación deportiva te sientes demasiado observado y "rarillo" si entrenas en solitario...), muchas veces durante este mes dejamos de entrenar.Yo procuro que no sea así y además, en mi caso tengo la suerte de disponer de espacios en casa y en el campo, pero no todo el mundo puede.
(Uno de mis lugares de entrenamiento al aire libre) Aún así en agosto se rompe la rutina, incluso los que como yo seguimos trabajando durante el tradicional mes de "vacaciones". Pero romper la rutina no significa dejar de entrenar. En mi caso aprovecho el mes para hacer ejercicio físico en el campo (básicamente caminar ya que vivo en país montañoso) lo que ayuda a fortalecer el tren inferior y a mantener un buen estado de forma. Otra posibilidad es aprovechar el receso para trabajar los katas más olvidados, experimentar con los de otros estilos (en mi caso shorin ryu y goju ryu, añadidos a mi estilo base, shotokan), trabajar un poco más de kobudo, siempre demasiado relegado por falta de tiempo.
(Herramientas siempre a punto) También aprovecho para realizar experimentos como por ejemplo fabricando herramientas caseras de kigu-undo (como los nigiri-game de la foto) y ejercitarme con ellas.
(Nigiri game) También aprovechar las veladas, más largas, para meditar o leer sobre el karate-do, escribir en el blog y compartir experiencias con otros karatekas a través de las redes sociales. Vamos que en agosto no hay excusa para los que sentimos en Budo como parte de nuestras vidas. Lo que siempre digo: en el budo no pueden existir las vacaciones! (PD. Reconozco que vivo en un lugar privilegiado con cientos de posibilidades a mi alcance y que no es lo mismo vivir en una gran ciudad. Pero aún así conozco a muchos que disponiendo de las mismas ventajas, en agosto desconectan y cuelgan el dogi...).

lunes, 30 de julio de 2012

Entrenamiento personal, un ejercicio de responsabilidad

En karate-do y en kobudo (y también en otros Budo, especialmente aquellos que se basan en la repetición de ejercícios de acondicionamiento físico, fundamentos y kata) el entrenamiento personal -entendido como todo el que se hace, en solitario o acompañado, fuera del ámbito formal de la "clase" - debería representar, a mi entender, al menos el 75 por ciento de la formación. Pero, al menos en cuanto al karate, esto no es así ni mucho menos para la mayoría de practicantes. En el karate clásico (en las islas Ryu Kyu) este tipo de entrenamiento suponía, seguramente, más del 95 por ciento, o más, de la formación. Las cosas empezaron a cambiar cuando el karate se empezó a extender, primero al Japón y después a todo el mundo. Poco a poco, también en la cuna del karate: la profesionalización de los profesores y la comercialización de los dojos, convertidos muchos de ellos en "juku" o academias se fue imponiendo. Hoy en día la inmensa mayoría de practicantes "normales" se limitan a asistir a las clases, dos o tres veces por semana, y algunos todavía menos. Si nos referimos al karate deportivo (competición de kumite o kata) los adeptos sí que han de recurrir al entrenamiento extra, fuera de las clases, ya sea haciendo acondicionamiento físico o técnico. Pero, curiosamente, los que se sienten "tradicionalistas" no siempre recurren a la forma más tradicional de practicar el karate: el entrenamiento instrospectivo y repetitivo en solitario de kihon, kata o hojo-undo (o con un compañero: oyo, bunkai o yakusoku kumite, kitae, etc.) pero fuera de la clase, quiero decir, por supuesto, "además" de la clase.
Excusas para no añadir cuatro o seis horas de entrenamiento semanales a las tres o cuatro escasas que, en el mejor de los casos, realizamos asistiendo a clase (suponiendo que no nos saltamos ninguna), siempre las encontraremos; sobre todo si las buscamos. Pero sin este entrenamiento personal en el que intentemos perfeccionar y poner en práctica, de forma continuada, lo que hemos aprendido de nuestros maestros es imposible progresar en el camino del karate-do, del kobudo, o de lo que sea. Por supuesto las limitaciones de tiempo, laborales o familiares existen y en la mayoría de los casos se deben priorizar. Pero si somos sinceros con nosotros mismos veremos cómo, muchas veces, si no practicamos diariamente es por comodidad y porque estamos instalados en la cultura del "no esfuerzo". Y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. (Traducción al español de la última entrada en mi otro blog).

martes, 3 de julio de 2012

¿Hora de cambiar dogi y obi?

¿Hora de cambiar dogi y obi? Vestir un dogi viejo y estropeado por el uso está mal visto aunque, si está limpio, se permite, sobre todo en el entrenamiento personal pero nunca en un acto formal. En cambio llevar en la cintura un obi viejo y gastado está bien visto y da aspecto de veterano, hasta el punto que algunas marcas los fabrican fácilmente 'gastables' aunque (de momento) no los fabrican ya gastados, como algunas marcas de vaqueros . A la izquierda tenéis uno de los dos dogis que actualmente utilizo para entrenar y para dar clase y también el obi. Me siento tan cómodo con ellos que me resisto a cambiar. A la derecha el dogi nuevo (barato y 'nacional') y el obi que hace unos años encargué pero que también me resisto a utilizar. Y no es que lo haga para presumir de veterano (que lo soy) sino porque realmente resudando la segunda piel y el cinturón que me han acompañado casi a diario durante los últimos 10 años me siento realmente bien. O sea que me lo pensaré pero creo que, a menos que tenga que ir a alguna evento donde no quiera que me llament 'asquerosillo', continuaré con el de la izquierda. Detrás del aspecto descuidado se esconden muchas horas de intento de autosuperación, finalidad última del entrenamiento en karate-do. Bueno, ya veremos si cambio .....